Takeshi Kitano el imprevisible, documental que Jean-Pierre Limosin, cineasta y crítico francés, rodado para la serie Cinéma de notre temps. Prodigioso. Takeshi Kitano se muestra en su despojamiento, inteligente, lúcido, tímido, cómico, miedoso,... Habla de ángeles, de su madre, de su infancia y juventud, de su carrera de cómico, de la muerte, del suicidio, soñado y realizado, quizás, su accidente, su cine, las mujeres, la televisión, el público,... Kitano, tan inmenso como su cine, como esos cielos azules o ese mar que tanto le gusta mostrar...

 

Para encontrar al autor de esta obra he pedido ayuda al rector de la Universidad de Tokio. Somos amigos desde hace mucho, pero todavía no se cómo llamarlo.

- ¿Hasumi? ¿Shiguehiko Hasumi? ¿Profesor Hasumi?

Juntos nos encontraremos con Takeshi Kitano. Todo bien hasta aquí. Demasiado bien, sobre todo pensando en la aparición del director en su primera película, "Violent cop", de 1989.

Regreso imprevisto a la Universidad.

- Gracias por venir. Mi tarjeta de visita.

TAKESHI KITANO el imprevisible

- Antes de comenzar me gustaría saber como debo llamarle. ¿Qué apelativo prefiere?

- Takeshi.

- Simplemente Takeshi.

- "Takeshi" me parece demasiado confidencial y "señor Takeshi" demasiado formal.

- Také va perfecto.

- ¿De verdad? Habitualmente le suelen llamar "maestro" o también "señor director".

- El título de "maestro" en el mundo de la televisión, del espectáculo, viene atribuido con gran facilidad. Nunca me ha gustado. Quería que me llamasen "maestro juglar", pero ninguno lo hacía y me he quedado sólo en "maestro".

- Le llaman así sus colaboradores. Yo no puedo llamarle "maestro". Entre Beat Takeshi y Takeshi Kitano, ¿qué nombre prefiere?

- En realidad depende de lo que hago. Cuando hago de cómico, de showman, Beat Takeshi es el nombre más adecuado, sobre todo en TV. Si escribo o ruedo una película, prefiero Takeshi Kitano.

- Creía que como actor siempre era Beat Takeshi, pero en los créditos de "Tokyo ga" aparece como Takeshi Kitano. ¿Existe alguna razón?

- Estuve más serio de lo previsto.

- ¿Y Kitano es sólo cuando está serio?

- No, es algo variable.

- En "Getting any?" casi parece que hubiera querido romper con su imagen o al menos hacer un film diferente.

- Quería hacer una comedia. Al fin y al cabo soy cómico profesional. Quería tomar a broma mis propias ideas. Quería conseguir volverlas aún más ridículas. Por eso inventé los gags más absurdos. Conozco todos los trucos. Quería ridiculizarme. Quería parecer estúpido. Después el juego se me ha ido de las manos, he perdido el control.

- ¿Su imprevisibilidad está ligada a su infancia? ¿Es un comportamiento asumido desde niño?

- No, no es algo que haya aprendido frecuentando a mis compañeros. De pequeño siempre estuve
en guerra con mi madre. Llevábamos una vida dura, éramos pobres. Mi padre no ganaba mucho. Mi madre era profesora, era una mujer orgullosa. Era exigente en lo referente a la educación de los hijos. Tras la Universidad seriamos funcionarios. Ella quería que me aplicara, yo pensaba sólo en divertirme. Era una continua disputa. Con el poco dinero que teníamos nos enviaba a clases nocturnas. Yo le hacía creer que iba. Me había prohibido el béisbol, por eso debía esconder mi equipo. Llegaba a hacer cosas absurdas. Tenía que ir a caligrafía, de modo que salía con los lápices, pero en realidad iba a jugar al béisbol. Cuando volvía, le mostraba los ejercicios hechos en el campo. Llegado un cierto punto quería ver los ejercicios corregidos. Compré tinta roja para corregirlos yo mismo. Me descubrió y me riñó duramente, como ocurría a menudo.

- Casi parece un film mudo de Ozu.

- En efecto, se podría hacer un film sobre la relación con mi madre. Las hostilidades continuaron cuando me convertí en cómico. La había defraudado. Me requisaba el dinero que ganaba para impedirme gastarlo. Cualquier excusa era válida. Me decía que estaba enferma y que me lo devolvería cuando lo necesitara. Mi madre me ha forjado mucho más que mis compañeros. Fui marcado por ella.

- ¿Su madre se burlaba de usted?

- Sí, totalmente.

- Me ha influenciado mucho hasta que tengo uso de razón. Alejaba hábilmente a todos mis amigos. No era hostil con ellos, se limitaba a decir que era estúpido y mezquino y que era mejor no frecuentarme. Esto me enfurecía.

- Usted ha usado la misma técnica en su vida profesional.

- A mi vez, cuando he tenido discípulos, me he divertido a menudo a sus espaldas. Las he hecho de todos los colores. Los he invitado incluso a mi funeral para después observarlos de lejos. Los ponía en situaciones críticas y me divertía espiando las reacciones.

[1/5]