El
único film de Sección Oficial que me acerqué
a ver fue Hermanas, dirigido por la argentina Julia Solomonoff,
una coproducción que trata de nuevo los fantasmas del golpe
militar y la dictadura, la herida abierta de la sociedad argentina.
La narración discurre paralelamente en dos escenarios diferentes:
Buenos Aires en los días anteriores al alzamiento y Texas en
1984, donde se reencuentran las dos hermanas tras ocho años
sin verse, Elena (Valeria Bertuccelli) que acaba de mudarse allí
con su esposo y su hijo, y Natalia (Ingrid Rubio) que en su día
tuvo que exiliarse a España. Al descubrir esta, la última
novela que escribió su padre, un profesor e intelectual, que
parece describir con rasgos autobiográficos aquellos últimos
días, los recuerdos del pasado reviven y se siente obligada
a averiguar lo que ocurrió realmente en aquellos primeros días
de dictadura y sobre todo, aclarar un suceso que la dejó marcada,
la desaparición de Martín, su novio en aquella época.
Hermanas no pasa de un film correcto, con una dirección
bastante monótona, y con una historia muy previsible, demasiado
sensiblera en ocasiones, que se sabe como va a acabar desde el principio.
La directora se olvida en parte de retratar los hechos escabrosos
del pasado, para centrarse más en las consecuencias de aquello
que arrastra todavía el presente.
Wang
Xiaoshuai es junto a Zhang Yuan, uno de los padres de la mal llamada
Sexta Generación, la generación "urbana" o
"del realismo", muy crítica con la situación
social y económica del país, opción que les obliga
a trabajar casi siempre de forma independiente para evitar la censura.
Su primera película, The Days (Dongchun de rizi),
es uno de las piezas fundacionales del movimiento, y sus films más
tempranos se forjaron en la clandestinidad. Pero su trabajo siempre
es nombrado en segundo o tercer lugar, por detrás del mejor
director chino de los últimos años (se entiende que
de la China Popular), Jia Zhang-ke. Su reconocimiento internacional
llegó a partir del éxito en Berlín de La
Bicicleta de Pekín (Shiqi sui de dan che), que
ha sido el único film estrenado en España hasta ahora.
Sueños de Shanghai (Qinghong) es su séptimo
película, y por primera vez no ha tenido problemas para sortear
la censura, lo que ya nos da una pista de la menor combatividad con
la que ha afrontado el proyecto. Cuenta la historia de una familia
que en los años sesenta se vio obligada a trasladarse de Shanghai
a un pueblo rural, en un proyecto del gobierno, llamado "tercera
línea de defensa", para reactivar la industria en las
regiones pobres. A principios de los ochenta, con los inicios de la
modernización tras la Revolución Cultural y el cambio
en la política económica ya la vista, la familia, y
especialmente el padre, sueña con regresar. Sin embargo, sus
anhelos chocan con los deseos de su hija, que ha pasado prácticamente
toda su vida allí, y donde tiene todos sus amigos y un posible
amor. Sueños de Shanghai narra, de forma convencional
y melodramática, el conflicto generacional que se establece
entre ambos, que deriva en una actitud severa por parte del padre
hacia su hija, obsesionado con cumplir sus planes secretos. Sin duda
es el trabajo más clásico de toda su filmografía
y en donde se aprecia con más claridad el tono autobiográfico
(su familia también tuvo que trasladarse de Shanghai a Guiyang,
donde vivió durante trece años) que empapa de una forma
u otra toda su obra. De una fotografía exquisita y tempo pausado,
rodada con sensibilidad, es una película interesante pero se
encuentra lejos de la dureza y el pesimismo que le dio fama. Tan solo
ese final parece recordarnos quien dirige.
Cuadernos
de Contabilidad de Manolo Millares, dirigido por Juan Millares,
fue lo más interesante del día, sin tratarse de un documental
tan conseguido como otros vistos en esta Seminci. Los cuadernos a
los que hace mención el título, recogen las memorias
de la juventud del pintor canario, donde se aprecia el proceso de
formación del artista, que también fue escritor y apasionado
de la arqueología, y que plasman a la perfección las
controversias de toda una generación. La lectura de aquellos
diarios por parte de su hija, Eva Millares, con el fin de esclarecer
la verdadera personalidad de su padre que dé sentido a su pintura
(murió siendo ella muy joven), sirve de hilo argumental para
narrar las experiencias de una época vital de la historia de
España (la II República, la Guerra Civil y la dictadura
posterior) desde el punto de vista de las Canarias, a través
de la imagen de su familia y de su entorno. El retrato es completado
por numerosos testimonios de los familiares y amigos que aún
viven, grabaciones, textos y fotografías de aquellos años,
y las pinturas del propio Millares. Cuadernos de… muestra
la evolución interior que vivió el pintor, primero desde
su infancia, los motivos que le llevaron a convertirse en artista,
y después su búsqueda de una forma de pintura que se
ajustase a su necesidad creativa. Quizá el único fallo
sea el excesivo protagonismo que le da a su juventud en contraposición
a los años de madurez. A pesar de ello, es un documental notable
y muy ameno, incluso para el que no sepa nada del pintor.