A History Of Violence L'empire des loups The dark The Neighbor Nº. 13 Allegro

 

Por fin llegó a su final. Después de ver decenas de películas, de aguantar estoicamente la lluvia, las colas y algunas películas, el Festival de Sitges llegó a su última jornada que también lo será para mi. Atrás quedan agradables conversaciones sobre cine, grandes sorpresas en que se convirtieron algunos filmes, muchas caminatas e innumerables bocadillos, y es que parece ser que la comida equilibrada no se lleva muy bien con la vida del cronista de cine...

La primera película que tuve ocasión de ver fue "The Neighbor Nº. 13", adaptación para la gran pantalla del conocido manga "Rinjin 13" de Santa Inoue y dirigido por Yasuo Inoue que a pesar del apellido no guarda ninguna relación con el creador de la obra. La acción arranca con el tímido Juzo en la escuela donde 3 compañeros de clase práctican un poco de "bullying" (que es esa palabra que se han inventado ahora para definir los abusos de los típicos matones de colegio) con él, aunque a lo gonzo. Varios años después, con un Juzo (Oguro Shun) ya adulto y claramente perturbado por las palizas de su infancia, éste tratará de vengarse de aquellos que le acosaron de pequeño, gracias a su doble personalidad, Número 13 (Nakumura Shido)... El filme comienza francamente bien, con una buena descripción de personajes, escenas bastante impactantes y una secuencia de animación muy lograda. Pero su larga duración (la historia se podía haber contado con menos metraje) y un final bastante ridículo (esa persecución alrededor de una mesa) hacen que el resultado final sea un poco decepcionante. Como curiosidad, el cameo de Takashi Miike, interpretando a la primera víctima de Número 13, un vecino un tanto incordiante. En fin, una película interesante pero que podía haber dado mucho más de si.

Después de ver (hace ya unos días) esa pequeña joya que es "Reconstruction" era normal que tuviese puestas unas grandes espectativas en la siguiente película de su director Christoffer Boe, "Allegro", una propuesta mucho más compleja y multireferencial que su anterior filme aunque mantiene muchos de los recursos estilísticos de aquella. En esta ocasión el protagonista es Zetterström (Ullrich Thomsen) un pianista técnicamente perfecto pero que carece de pasión. Cuando por fin se enamora su música cambia, aunque su incapacidad de afrontar sus sentimientos hará que su pareja acabe abandonándole. Debido a esta ruptura, decide esconder en lo más profundo de si mismo cualquier atisbo de emoción, borrando de su memoria toda su vida pasada, pero ésta, en lugar de desaparecer, quedará almacenada en La Zona (como en la película de Tarkovski), un barrio que surgirá en Copenhague y al que nadie podrá entrar ni salir de él. 10 años después, Zetterström volverá a Copenhague encontrándose (literalmente) de nuevo con sus recuerdos... Boe deja el romanticismo y la calidez de su anterior filme para envolvernos de una (falsa) frialdad, la misma que siente Zetterström ante todo lo que le rodea. De esta manera, el director nos vuelve a sorprender con una historia sobre la perdida de la identidad personal cuando sufrimos un abandono. Al igual que en "Reconstruction", la ciudad de Copenhague toma un importante papel en la trama, siendo casi un personaje más. También reincide en la idea del Demiurgo, ese narrador (aunque en "Reconstruction" fuese además uno de los personajes) que parece controlarlo todo y que encadena al protagonista a la pasión material. Hipnótica como su predecesora y de impecable factura técnica, Allegro es un avance de su director en el dominio de las estructuras narrativas aunque su aparente frialdad hace que no deje la impronta de su ópera prima.

Finalmente llegó la gala de clausura del Festival de Sitges 2005 y con ella multitud de premios (acertados en la mayoría de los casos) y de rostros más o menos conocidos. El problema es el de siempre, la organización se cree que es un festival de clase A cuando, debido a su temática, no lo es, así que la entrega de galardones fue surrealista, premios recogidos por miembros del jurado y hasta alguno que simplemente pasaba por ahí. Lo mejor fue un divertidísimo y entrañable David Slade (director de "Hard Candy"), muy sorprendido y cada vez más emocionado (acabó llorando al recoger la tercera distinción para su obra) a medida que iba logrando más estatuillas, hasta hizo subir a su novia en su último discurso de agradecimiento que aprovechó para hacerle fotos con los premios con la platea aplaudiendo de fondo. Un fin de fiesta un tanto aburrido que fue salvado gracias a la espontaneidad del director americano...

Más tarde llegó el momento más esperado para muchos: David Cronenberg y Viggo Mortensen (con un perfecto acento argentino) venían a presentar su primer trabajo en común, "A History Of Violence", un gran drama que reflexiona sobre la violencia y que de no presentarse fuera de concurso habría barrido con más de la mitad de los galardones, ni Chan-wook, ni Miike, ni Burton... La mejor película de todo el festival fue precisamente la que daba el cierre al mismo. Viggo Mortensen interpreta a Tom Stall que junto a su mujer, Edie (Maria Bello), y sus dos hijos, Jack y Sarah (Ashton Holmes y Heidi Hayes respectivamente), forman la típica familia ejemplar (honrados, trabajadores y se quieren con locura) hasta que la violencia entra en sus vidas en la forma de dos atracadores que entran en la cafetería donde trabaja Tom. Éste, en defensa propia, acabará con sus vidas lo que provocará que se convierta en poco menos que un héroe nacional. Cuando la mafía crea reconocerlo por televisión y viaje hasta el pueblecito donde vive la familia Stall, estallará toda una ola de violencia que amenazará con destruir la estabilidad familiar que disfrutaban hasta el momento...

"A History Of Violence" es un filme impecable (e impacable) basado en la novela gráfica de John Wagner y Vince Locke y dirigido magistralmente por un David Cronenberg en estado de gracia (al igual que todo su reparto, sumando a Ed harris y a William Hurt a los ya nombrados anteriormente) que parece alejarse (en parte) del género fantástico con esta película. Digo que se aleja en parte, porque a pesar de no seguir con su discurso sobre la "Nueva Carne" en último largometraje, los personajes que en él aparecen acaban tanto o más cambiados que los del resto de su filmografía. La atracción por la violencia, como ésta es capaz de modificar a las personas, de corromperlas, el poder de la familia, la redención y el perdón son muchos de los temas que trata la película en sus mucho más que ajustados 97 minutos de duración. El trabajo de todo el equipo es encomiable y se nota la dedicación y el empeño que han realizado todos, incluyendo al compositor Howard Shore que vuelve a colaborar con Cronenberg después de la fiebre "Lord Of The Rings" y que ha escrito una gran partitura para la película. Un clásico del cine moderno norteamericano (y canadiense) con mayúsculas.

El festival ya había acabado, pero aún me faltaban dos películas más por ver, la primera de ellas fue "L'Empire Des Loups" nueva adaptación de una novela de Jean-Christophe Grangé ("Los ríos de color púrpura", "Vidocq") y dirigida en esta ocasión por Chris Nahon y en la que volvemos a encontrar una trama dividida que previsiblemente se relacionará al final, sólo que está vez la unión resulta un poco más indigesta que en el resto de filmes basados en la obra de Grangé... Por un lado nos encontramos con Paul (Jocelyn Quivrin) un joven policía que debe pedir ayuda a un ex-policía (Jean Reno) de métodos bastante expeditivos para resolver una serie de asesinatos rituales y por el otro tenemos a Anna (Arly Jover) un mujer casada que sufre de amnesia al parecer por culpa del stress y que ha olvidado hasta quien es su marido. El filme peca de excesivamente efectista con un Jean Reno sobreactuando en su papel de ex-policía violento, las resoluciones a todos los conflictos de la película resultan muy forzados, con bastantes giros en la historia (a cada cual más improbable) y un final sin sentido. Otra más de esas superproducciones francesas que intentan quitar mercado al cine americano pero con un argumento que no ayuda mucho a tan digna propuesta...

La última película de la jornada fue "The Dark" de John Fawcett, basada en la novela "Sheep" de Simon Maginn y con antiguas leyendas galesas como telón de fondo. En ella nos encontramos a Adelle (Maria Bello) que viaja con su hija, Sarah (Sophie Stuckey), a Gales para visitar a su ex-marido (Sean Bean) buscando una posible reconciliación y para que Sarah se rencuentre con él.
Al poco de llegar, Sarah desaparece en el mar y Adelle comenzará a creer que se haya en una especie de mundo paralelo, esperando a que alguien vaya a salvarla... Un más que correcto drama de fantasmas disfrazado de película de terror que huye de todo efectismo para centrarse en el dolor de una madre (excelente en este sentido Maria Bello, al igual que en "A History Of Violence") por la pérdida de su hija y a lo que es capaz de llegar a hacer por amor. Un oscuro cuento no muy alejado de la última película de Balaguerò ("Frágiles") aunque con un acabado final mucho más logrado.

Y esto fue todo, ahora a esperar al año que viene que promete ser muy interesante con esa retrospectiva a uno de mis directores favoritos, David Lynch, haciendo especial incapié en el 20 aniversario de "Terciopelo Azul" y acompañado con diversas exposiciones. Me muero de ganas sólo de pensarlo...

 

 

Sergio Herrada Ruiz