The Wayward Cloud Sympathy for Lady.Vengeance Mind game Hostel

 

Para el que suscribe, la película más esperada del año tenía sello surcoreano. Park Chan-wook, que casi rueda a obra maestra por largometraje traía a Sitges el fin de su particular trilogía en torno al tema de la venganza, en esta ocasión protagonizada por una mujer. "Sympathy for Lady Vengeance" narra la historia de una joven que tras pasar 13 años en la cárcel por secuestrar y asesinar presuntamente a un niño de 5 años, abandona la prisión para tomar cumplida venganza de un profesor que la implicó en el caso. Es difícil redactar una reseña de este título y no intentar compararlo con sus dos obras predecesoras, obras maestras en su conjunción de fondo y forma. Park Chan-wook ha rodado tres películas distintas en cuanto a su desarrollo y estilo, pero el final de la trilogía se revela como la más débil de las tres. En "Sympathy for Lady Vengeance", el surcoreano intenta mezclar la dureza dramática de "Sympathy for Mr.Vengeance" con la estilización pura y dura de "Old Boy", pero sin conseguir ninguno de estos dos objetivos. Si bien visualmente Park siempre demuestra su maestría en la creación de imágenes impactantes, planos logradísimos y encuadres extremos, en esta ocasión carece de un guión consistente, no muy trabajado y que no consigue implicarnos en la historia de igual manera que con sus dos obras anteriores. "Sympathy for Lady Vengeance" tiene un tono más reposado pero no induce a la misma reflexión sobre la venganza y la condición humana que posee "Sympathy for Mr Vengeance", ni tampoco es el tour de force que nos propone en "Old Boy". Es simplemente otra cosa, pero más vacía.

Los primeros posters de promoción hacían presagiar el interés por el tema de la redención y culpa cristiana, pero la imaginería religiosa solo se esboza durante los primeros minutos para luego desaparecer hasta el final. El desarrollo, excesivamente fragmentado en flashbacks, denota que Park Chan-wook ha tenido problemas en la configuración del film, acudiendo a recetas prefabricadas con su marca personal. Ni siquiera su media hora final, a través de la cual podemos llegar a una reflexión de la venganza desde una perspectiva social, implica demasiado al espectador. Intenté no hacer comparaciones pero lo cierto es que es casi imposible: "Sympathy for Lady Vengeance" ganará seguramente con el tiempo, una vez liberada del estigma de un creador que nos legado grandes películas.

De manera sorprendente se coló en la Sección Oficial el último largometraje del taiwanés Tsai Ming-Liang, "The Wayward Cloud", todo un desafío a los espectadores. En "The Wayward Cloud" nos encontramos ante la revisitación del universo personal de su creador, con todas sus inquietudes y obsesiones. En mi opinión, este es un film resumen, a modo del "2046" de Wong Kar-Wai, y que puede suponer un antes y un después en la carrera de su director. La recuperación de dos personajes de "What time is it there?" y con un giro a los parámetros de "The Hole", entre guiños varios, nos conduce a una comedia musical, una obra más positiva que lo habitual en la carrera de este genio. La carencia de agua (en disonancia con "The Hole", donde no para de llover"), el paso del sexo por necesidad al sexo más mercantilizado en su dibujo del cine porno, o la aparición de números musicales de estética kitsch basados en canciones de los años 50, deriva en una liberación de sus protagonistas, que tampoco es que ahora se comunican demasiado pero al menos no se hallan en ese estado casi en coma y totalmente aislados de sus títulos anteriores. Por cierto, la copia proyectada incluía los subtítulos en castellano incrustados lo que parece advertir un futuro estreno en salas comerciales.

El tercer film del día pertenecía a la sección "Animat'e", "Mind game", que también se nos vendía como la revolución del género animado. Con una apariencia adulta en las formas y en su desarrollo, "Mind game" se configura más como un vehículo para experimentar diversas formas de animación que como una película de narración coherente. Un joven que es asesinado por un yakuza en un bar, vuelve a la vida para terminar junto a un grupo de compañeros en el interior de una ballena gigante. A partir de aquí, se nos propone un viaje psicodélico, donde su creador deja claro su potencial imaginativo. El problema principal de "Mind game", y que también le sucede a otros productos como "Mirrormask", es la total autocomplaciencia de su director, que es capaz de alargar su juego sin ningún tipo de límites. El ambiente lisérgico que se apodera de la película resulta casi insoportable, lo que se unió a la penosa calidad tanto visual como sonora de la copia proyectada, que resultó ser un divx. Si eres un amante del anime, posiblemente te seduzca su concepción visual, pero puede que el cansancio me haya hecho mella en su visionado.

Pero si os creéis que este es el final, estáis muy equivocados. Tuvimos que esperar hasta las 02.00 de la madrugada para asistir a la proyección en exclusiva de "Hostel", segunda película de Eli Roth, presentada tanto por él como por su productor Quentin Tarantino. Su trabajo tiene unas características muy parecidas a las de "Cabin Fever", su ópera prima, con un grupo de jóvenes que aterrizan en un lugar poco deseable, diálogos un tanto risibles, y la constante parodia en las secuencias más "gore". "Hostel" no tiene nada de original, pero Roth sabe como jugar las bazas adecuadas para divertir a un público que se conformaba con un poquito de sangre y algo de vísceras, habiendo cumplido su sueño de disfrutar con Tarantino en persona. Y es que a la hora de la verdad, es el público quien termina endiosando a estas personalidades.

 

Roberto Alcover Oti